Días antes del primer aniversario del atentado en las Ramblas, en pleno proceso independentista e inmersa en multitud de conflictos políticos y sociales; Barna seguía siendo una ciudad tolerante y multicultural donde convergían distintos movimientos, opiniones y sentimientos.
En el fotoreportaje “Barcelona, un grito de revolución” se pretende mostrar la realidad que se vivía en sus calles y como, a pesar de todo ello, se respiraba un ambiente de igualdad y serenidad.
Sus calles están llenas de historia e historias. El reportaje comienza con dos lugares donde tuvieron lugar dos trágicos momentos: El bombardeo durante la guerra civil de la plaza de San Felipe Neri y el atentado en las ramblas.
Además, encontramos instantáneas en las que se plasma el proceso independentista aún latente mediante dos fotografías que manifiestan su apoyo a los presos políticos por medio de pancartas en los balcones y ventanas. Las calles de Barna también son un altavoz a las quejas, desigualdades y, sobre todo, a las mayores manifestaciones de arte urbano.
Esto se ves plasmado en las distintas fotografías de manifestaciones en defensa de los animales, músicos callejeros y pinturas en sus calles. A pesar de todo ello, existe una convivencia entre diversas culturas y se puede ver recorriendo sus callejuelas del barrio del Born; donde sus pequeños balcones y terrazas cuelgan distintas identidades políticas y sociales.
Barcelona está llena de diversidad multicultural y generacional donde se junta el pasado y el presente.
Con todo lo indicado, me gustaría recalcar que es una ciudad que emerge de sus tragedias, perdona, no tiene miedo y busca alzar su voz para denunciar cualquier tipo de desigualdad social.
